Construyendo el contenedor alquímico.
El viaje de un agricultor en los misterios del alma y la materia.
Lea este artículo en inglés aquí.
IKÚ nace de una visión, un sueño e impulso de voluntad de adentrarnos a en los misterios y en la belleza del mundo natural y de la necesidad de ser partícipes directos de los procesos que llamamos alimentos y como nos nutren. Somos IKÚ , un proyecto familiar ubicado en las montañas de Nayarit, nos gusta llamar lo que hacemos “agricultura a escala humana”
Applied Biodynamics is a reader-supported publication. To receive new posts and support my work, consider becoming a free or paid subscriber.
buscando devolver la belleza del oficio agrícola a nuestro hacer, sentir y pensar, Re imaginando lo que es ser un agricultor en esta época, somos una granja productiva de vegetales los cuales compartimos con nuestra comunidad, explorando como las granjas y organismos agrícolas sanos se entretejen y revitalizan no solo a los ecosistemas sino también a las comunidades. Nos inspiran las filosofías y prácticas agrícolas profundas que busquen penetrar en los misterios de la vida y al mismo tiempo regeneren y revitalicen los suelos y ecosistemas, una gran influencia han sido los principios y prácticas de la agricultura biológico dinámica(biodinámica) propuesta por Rudolf Steiner la cual coloca al agricultor como mediador de los procesos y fuerzas del el cielo y la tierra.
El 17 de agosto de este año 2014 el arroyo que fluye junto a nuestra granja se desbordo como no lo hacía según los locales desde hace mas de 20 años, llevándose todo a su paso, las afectaciones fueron grandes en el pueblo y también a agricultores y ganaderos, incluida nuestra amada granja.
Las aguas salvajes arrasaron con nuestra granja, cultivos, infraestructura, herramientas, el mismo suelo y con esto parte de nuestro espíritu. Muchas lecciones han sido aprendidas en estos últimos días.
Una es el recordatorio a veces olvidade del poder de la naturaleza y que el ser planetario esta en constante movimiento; la otra es que la resiliencia de una granja no se basa únicamente en la salud de su ecosistema si no también en la gran red comunitaria que sostiene a las granjas que alimentan familias e individuos, nos dimos cuenta que las extremidades del proyecto tienen un alcance grande. Hoy estamos pidiendo apoyo para continuar adelante, continuar haciendo agricultura, traer de regreso a IKÚ nuestro organismo agrícola, nuestro cuerpo más grande.
Profundo agradecimiento.
“El contenedor debe ser hecho de una especia de cuadratura del círculo.”
Gerhard Dorn.
“Si una unión de los opuestos se va a llevar a cabo, como el espíritu y la materia, consciente e inconsciente, lo luminoso y la oscuridad, habrá de suceder en una tercera cosa, la que representa, no algo previamente comprometido, si no algo totalmente nuevo.”
Carl Gustav Jung.
“Busaca lo real, lo práctico, la vida material.
Pero búscalo de tal forma que no te adormezca
a lo espiritual que habita en la materia.
Emplea el viejo principio:
“El espíritu nunca sin la materia”
“La materia nunca sin espíritu”
Rudolf Steiner.
De todas las imágenes que habitan en la cosmología viviente del curso de agricultura dictado por Rudolf Steiner hace 100 años, Hay una que me llama en particular. Steiner la introduce en la segunda conferencia.
“una granja es verdadera a su naturaleza esencial, en el mejor sentido de la palabra, es concebida como una especie de entidad individual por sí misma, una individualidad contenida en sí misma. Toda granja se debe aproximar a esta condición”.
Esto apunta a que las granjas y los espacios agrícolas en general, están en un proceso de continuo devenir, en un viaje de constante unificación y ajustándose a sí mismos como organismos, de esta forma pudiera decirse que hay organismos sanos y otros enfermizos, como cualquier otro ser viviente.
Estudiando y meditando en esta imagen me ha traído una experiencia totalmente diferente a mi practica y la forma de relacionarme con mi granja, en los procesos de hacer intervenciones y en el diseño de ecosistemas agrícolas.
No hay agricultura sin el agricultor, la agricultura esta dentro de la voluntad de lo humano, no hay forma por lo menos para mi entendimiento de que todas las condiciones complejas que suceden en una granja pudiesen suceder de forma “natural” sin la intervención del ser humano, y solo basta reflexionar un poco al respecto, las tareas de labranza, la cruza de semillas, el abonado, la cultivación de las plantas y demás todo esto habita dentro de lo radiante de nuestra voluntad como agricultores.
Un tiempo atrás, nuestra granja familiar estaba ubicada en la costa del pacifico, en el estado de Nayarit México, en un ecosistema subtropical que recibe 1227 mm de precipitación anual, todo esto cae del cielo en un periodo de aproximadamente cuatro meses , y con el calor tropical del verano, solo hacen falta unas cuantas semanas de no estar en la granja para presenciar el fluido poder de la naturaleza reclamando su lugar, con pastos de hasta tres metros de altura y todo tipo de hiervas vigorosas repoblando cada centímetro del espacio. De esta forma la misma naturaleza avanza en su propio proceso de continuo devenir buscando su expresión, solo el agricultor con su afinado sentido de observación puede traer un nuevo orden a el lugar.
Había un viejo dicho de los alquimistas, ellos se referían a su oficio de evolucionar la materia y los metales como una “opus contra naturam” o un trabajo en contra de la naturaleza, en su cosmología imaginativa, la alquimia metalúrgica veía a los metales como semillas del cosmos, caídas desde la periferia al reino de lo céntrico y terrestre. Estas semillas estaban en un continuum evolutivo desde lo tosco y oscuro del plomo a la pureza y luminosidad del oro, en un proceso que podía llevar millones de años. Era el trabajo del alquimista con su arte sagrado redimir estos metales y acompañarlos en su ascenso a través de operaciones muy específicas, meditaciones e imaginaciones. Acelerando este proceso natural.
Este proceso de “intervención” en la naturaleza se puede ver en una gran expresión en la agricultura, de forma opuesta a el camino del cazador recolector, donde se tomaba de la divinidad de la naturaleza no solo para su sustento si no también las imágenes que sostenían su interior. El sendero del agricultor es mas como el del alquimista en el sentido que se busca transformar el medio para así tener un rol activo con lo desconocido, enviando una acción y esperar por una respuesta de vuelta, y así nosotros como agricultores podemos influir en el destino de nuestros alrededores, desde la distancia de siembra de una lechuga y como esto influye en su composición morfogenética, influir en la calidad y estructura del suelo, hasta en la nutrición de nuestra comunidad. Como el anciano y hombre de medicina Fred Wahpepah de la nación Kikapu me dijo en una ocasión “en el camino de la vida, siempre tenemos la decisión de en que sendero queremos caminar, de esta forma podemos traer salud y vitalidad a las comunidades humanas y no humanas o podemos traer destrucción y muerte a nuestras granjas y sus alrededores.
En este sentido la agricultura es una “opus contra naturam”, y en verdad no creo que esto signifique entrar en una batalla contra la naturaleza, de echo debería ser lo opuesto, es tomar los impulso que vienen del corazón mismo de la vida a través de nuestro cuerpo, alma y nuestras granjas transformándoles y guiándoles al reino de lo vivo y un nuevo orden, así como agilizando procesos de regeneración. En este sentido el agricultor se convierte en un enlazador de los opuestos en nuestros cuerpos, nuestras almas y granjas, uniendo el sol y la tierra en busca de la fertilidad, conciliando los procesos de lo vivo y lo muerto, la naturaleza y la sociedad y demás. Las granjas se convierten en los laboratorios donde el agricultor como alquimista se convierte en una tercera fuerza unificadora, en otras palabras, en una fuerza mercurial.
Regresando a la imagen de la individualidad agrícola, para mi esta imagen es impresionante, esta se puede comenzar a sentir con un poco de practica en nuestros propios espacios, como año tras año estos sitios comienzan a crear su propia vibración, su propio olor, paisaje sonoro y demás constituyéndose como una entidad compleja de varias capas. Disfruto mucho visitar otros proyectos de colegas agricultores y en realidad sentir como estos espacios tienen su propia personalidad, como dice el dicho “Las granjas son el rostro del agricultor”.
Pero siento que Steiner apuntaba a algo más allá de la creación de una granja mecanizada, conformada como una maquina con partes inorgánicas y procesos sin vida. Pienso que va más en el sentido Goetheano de la totalidad, un organismo fractal viviente que crea un nuevo orden en la unidad de sus partes en donde cada una de ellas refleja y contiene la totalidad del organismo.
No hay duda del por que Steiner apoyaba la idea que de los médicos y los agricultores debían trabajar juntos, porque de cierta forma, estar en una granja es como ver a un organismo desde adentro, esta relación puede arrojar nueva luz a como comprendemos la vida y como diseñamos y manejamos nuestras propias granjas.
Dando un paso más allá de esto, cuando hablamos de una individualidad agraria nos referimos a cierto tipo de sensibilidad e incluso percepción que pueden habitar en una granja, es una vieja creencia animista que el mundo es un espacio animado donde los bosques y montañas tienen su propia profundidad anímica, justo aquí es donde puede tornarse extraño para algunos, porque esto implica que nosotros como agricultores podemos crear un organismo viviente, con su propia individualidad, y de cierta forma una extensión del Yo del practicante, esta visión nos lleva a un viaje en los antiguos misterios de la materia.
Como Von Franz cita a Jung
“… Probablemente el inconsciente (la parte de la psique que esta oculta) tiene un aspecto material, por lo que este puede saber de la materia- porque es materia. Esta materia se conoce a si misma como es. Si esto fuera así, habría un tenue y vago fenómeno de consciencia aun en materia inorgánica.”
Esta idea de dar el chispazo de vida a aquello que “no está vivo” o quizá despertándolo, ha estado presente por mucho tiempo, la podemos ver en diferentes mitologías del mundo.
“La carne humana fue hecha de maíz- blanco los hombres- y amarillo- las mujeres. Sus brazos y piernas estaban hechas de masa. Los dioses molieron suficiente maíz para hacer suficiente harina para llenar nueve vasijas que le dieron a los humanos sus músculos, fuerza y poder.”
Popol Vuh
Así los humanos fueron hechos de diferentes materiales como masa y arcilla y el impulso de vida su soplado en ellos.
El viejo Humunculo de Paracelso y presente en el Fausto de Goethe donde el viejo alquimista Wagner crea una figurilla animada y la levanta de lo no viviente.
¡Su brillantez! Mira! - Ahora hay una posibilidad real, de que la substancia es cien veces mayor por la mezcla- por que la mezcla permite que suceda- El material de la vida humana compuesto y destilado en un matraz, bien fundado y en una combinación apropiada, encarnada, Así el trabajo silencioso este hecho.
El Fausto de Goethe.
También se puede encontrar en cuentos de hadas, historias folclóricas y escritos modernos. Ejemplos son Pinocho, Frankenstein y demás en donde la chispa de vida fue traída a el reino de lo “no viviente”
La imaginación alquímica de levantar la materia al reino de lo vivo es antigua, y también puede ser vista en la práctica misma de la biodinámica, siguiendo la recomendación de Steiner de mantenernos en el reino de lo vivo en nuestros procesos agrícolas.
Entonces la imagen de constituir nuestras granjas como organismos con su propio chispazo de individualidad sigue esta antigua forma de pensar. Nosotros como agricultores estamos en constante creación y en cierta forma presenciando el nacimiento y devenir de nuestros seres agrícolas, encuentro esto hermoso y cambia de forma radical el como nos relacionamos con nuestro espacio como un ser mayor a nosotros, porque cuando podemos re despertar nuestra forma animada de ver, nuestra actividad se vuelve viva, responsable y con un profundo sentido de respeto, porque cuando la montaña cobra vida en nuestro ver, la minería y la deforestación tienen una diferente impresión en nuestra alma.
En la agricultura biodinámica usamos los remedios expuestos por Steiner en el curso de agricultura para dar el chispazo de esta individualidad y sensibilidad, el uso y fabricación de las pilas de composta como la “prima materia” donde el germen de vida es creado, cada uno de los remedios sostienen una fuerzas y procesos arquetípicos que se encargan de crear organizar una especie de Hummunculo por así decirlo, un prototipo de la fertilidad e individualidad que puede ser impregnado en toda la granja, acelerando el proceso, ---justo como el antiguo alquimista lo hacía- de la vivificación y levantamiento de la materia.
Mucho puede decirse al respecto, y esta es una forma imaginativa de percibir el mundo, Pero como decimos en México, podemos bajar el balón en formas muy concretas, esta individualidad se manifiesta en el terruño, por ejemplo, una idea muy conocida en la industria del vino, o las poblaciones microbianas muy especificas que se desarrollan en nuestras granjas, o la red de micorizas que enlazan los suelos.
He encontrado en mi práctica, así como dijo Steiner en el curso de agricultura sobre la importancia de establecer una relación personal con el estiércol y los diferentes asuntos de la granja, porque entre más visiones formemos del mismo objeto, tendremos un suelo más amplio para intervenir en el y guiarlo en su proceso de una mejor forma. Esta aproximación más holística de percibir la realidad lleva esta relación personal a una cercanía, calidez y relación viviente.
Regresando a la cita del sabio Carl Jung:
Si una unión de los opuestos se va a llevar a cabo, como el espíritu y la materia, consciente e inconsciente, lo luminoso y la oscuridad, habrá de suceder en una tercera cosa, la que representa, no algo previamente comprometido, si no algo totalmente nuevo.
En muchos sentidos podemos explorar a la agricultura biodinámica como una colección de operaciones alquímicas que ocurren y se desenvuelven no en un laboratorio si no en un organismo agrícola. Y así, para los alquimistas cada operación tenía sus contenedores apropiados para realizarse. En este sentido la constitución del organismo agrícola se convierte en la gran obra del agricultor. Con eso surge la pregunta sobre cuál es el contenedor apropiado para dicha operación que pueda contener y atestiguar el devenir de un nuevo organismo.
Girando en torno a esta pregunta me ha llevado a andar un camino vivo y colorido en mis años de practicar agricultura. Sientiendo estas imágenes en el curso de agricultura de Steiner de una forma similar a aquellas en muchas de las tradiciones de sabiduría, que están ahí para ser contempladas mas que ser atrapadas con el intelecto , por que al hacer esto es como encarcelar a un animal salvaje, en el mismo momento que esto sucede, toda su belleza se pierde totalmente, por que el animal en si mismo es parte de una totalidad mayor, la de su medio ambiente, se requiere desarrollar un fino sentido de atención o se escapa, como el viejo poema Zen dice : progreso no se trata de lejos o de cerca, pero si estas confundido montañas y ríos bloquean tu camino. Las imágenes son para ser relacionadas y estudiadas en la totalidad viviente y colorida de su ecosistema. Como una fenomenología Goetheana volcada a el espacio interior. Entonces cuando leamos el curso de agricultura de nuevo permitamos que estas imágenes florezcan y muevan nuestra alma y se expresen por sí mismas, justo como una granja lo puede hacer. Como expresa en escrito Dogen Zenji fundador de la escuela del Zen Soto en el Genjo Koan:
“cargarte hacia adelante a experimentar los miles de cosas es engaño. Que los miles de cosas vengan hacia adelante y se experimenten a si misas es el despertar”
Todo regresa a nuestra voluntad como humanos , este contenedor alquímico agrícola es nuestro mismo corazón, nuestro propio amor por el oficio, es el camino a través del cual podemos desarrollar una relación personal sin fin con nuestras amadas granjas, y así como los alquimistas se consideraban parte de la operación el agricultor no puede evitar ser profundamente cambiado por este proceso, justo como decía Goethe acerca de si queremos comprender a la naturaleza debemos seguir su fluides con nuestra propia conciencia, suavizándola y afinándola a un sentido más holístico de percepción; Como modelar será de abeja con nuestras manos, se ablanda con el calor de nuestra aproximación o como lo pone el alquimista francés Jean Dubois:
“si sus pensamientos no están bien ordenados, entonces la substancia no puede ser bien manipulada, si ambas están en buen orden, el tiene que reunir coraje para descender con sus propios recursos para así comprender la relación entre su alma y el alma de la materia con la que esta trabajando”
Para nosotros agricultores esas substancias son el estiércol, las plantas, los animales, los árboles, herramientas y de más.
En mi humilde opinión esta es la gran belleza de la agricultura biodinámica, que abre un camino animado para el agricultor moderno, un sendero que nos conecta con el mundo natural, pero al mismo tiempo nos une con nuestra propia profundidad. Al enlazar y conectar los opuestos allá afuera estamos unificando nuestro propio ser, en el formar y atestiguar del devenir del organismo agrícola estamos formando y siendo testigos del devenir de nuestro cuerpo espiritual, este proceso viaja a ambos lados al mismo tiempo.
Por favor si eres un agricultor o cuidas un jardín y estas leyendo esto, siéntete revitalizado por la belleza de este oficio, por el olor dulce y volátil de una mañana de cosecha o los árboles floreciendo, siente la hidratación del alma con el misterioso roció que gentilmente humedece tu granja cada mañana, permite que los hermosos colores de tus campos entren por tus ojos y encuentren los hermosos colores de tu alma, siéntete sostenido por el linaje agrícola que escapa a el tiempo. Porque hay muy pocos oficios que están tan entretejidos con la vida como la agricultura, la buena agricultura llama a el compromiso, o como decía Allan Chadwick “es la práctica ultima de soltar el egoísmo.”
Porque ser un agricultor no solo es reconocer que somos parte de una totalidad mayor pero también pulsar en ella, trabajar con ella, el esculpir una acción y esperar pacientemente por la respuesta que pulse de vuelta, Como Steiner mencionaba en algún sitio, todo lo manifiesto en lo físico tiene su contra parte y sostén espiritual y no importa que tan grande sea tu granja o que tan pequeño es tu jardín, cuando nuestra voluntad se encuentra con el llamado profundo de nuestro corazón, estos espacios donde se practica la agricultura se convierten en lugres sagrados, sitios en el tiempo y el espacio donde el gran ser agrícola puede tocar la tierra y alimentar a lo humano, transformar la materia y revitalizar los suelos vivientes, el trabajo que haces es profundo.
Viene a mi imaginación el Bodhisattva Avalokiteshvara, la personificación Budista de la compasión, un ser espiritual con mil brazos y en cada una de sus palmas hay un ojo abierto, lo que simboliza el actuar de los seres despiertos, usualmente sostiene diferentes herramientas en las manos para así tener los diferentes “medios hábiles “ para aliviar el sufrimientos de los seres sintientes, Avalokiteshvara o aquel que escucha los lamentos del mundo hizo un voto de nunca alcanzar la liberación hasta que la última brinza de pasto despertara. En mi imaginación el gran ser agrícola se vería así, porque que es mas compasivo que el impulso de alimentar a los seres y cuidar del entorno. Podemos decir que la agricultura se trata de crecer comida, pero cuando damos un paso atrás, el impulso agrícola se vuelve sagrado, donde el agricultor es acompañado en su labor por las fuerzas maternales de la tierra viviente, un gran acto de amor, tal como el que tiene una madre que amamanta a su recién nacido, me imagino que cada una de estas manos despiertas de este gran ser agrícola representa un estilo distinto de hacer agricultura, una visión diferente, una metodología, una filosofía agraria. Todas las formas de crecer comida, sostenidas en un gran espectro donde se contienen los abordajes más beneficiosos y balanceados a los mas destructivos, todos ellos son diferentes emanaciones de esta gran fuerza, así en realidad, podemos decir que solo hay una agricultura.
Sigamos con el estudio de esta hermosa tarea, que trae esperanza y salud no solo a las comunidades, pero también a la tierra viviente.
IKÚ nace de una visión, un sueño e impulso de voluntad de adentrarnos a en los misterios y en la belleza del mundo natural y de la necesidad de ser partícipes directos de los procesos que llamamos alimentos y como nos nutren. Somos IKÚ , un proyecto familiar ubicado en las montañas de Nayarit, nos gusta llamar lo que hacemos “agricultura a escala humana” buscando devolver la belleza del oficio agrícola a nuestro hacer, sentir y pensar, Re imaginando lo que es ser un agricultor en esta época, somos una granja productiva de vegetales los cuales compartimos con nuestra comunidad, explorando como las granjas y organismos agrícolas sanos se entretejen y revitalizan no solo a los ecosistemas sino también a las comunidades. Nos inspiran las filosofías y prácticas agrícolas profundas que busquen penetrar en los misterios de la vida y al mismo tiempo regeneren y revitalicen los suelos y ecosistemas, una gran influencia han sido los principios y prácticas de la agricultura biológico dinámica(biodinámica) propuesta por Rudolf Steiner la cual coloca al agricultor como mediador de los procesos y fuerzas del el cielo y la tierra.
El 17 de agosto de este año 2014 el arroyo que fluye junto a nuestra granja se desbordo como no lo hacía según los locales desde hace mas de 20 años, llevándose todo a su paso, las afectaciones fueron grandes en el pueblo y también a agricultores y ganaderos, incluida nuestra amada granja.
Las aguas salvajes arrasaron con nuestra granja, cultivos, infraestructura, herramientas, el mismo suelo y con esto parte de nuestro espíritu. Muchas lecciones han sido aprendidas en estos últimos días.
Una es el recordatorio a veces olvidade del poder de la naturaleza y que el ser planetario esta en constante movimiento; la otra es que la resiliencia de una granja no se basa únicamente en la salud de su ecosistema si no también en la gran red comunitaria que sostiene a las granjas que alimentan familias e individuos, nos dimos cuenta que las extremidades del proyecto tienen un alcance grande. Hoy estamos pidiendo apoyo para continuar adelante, continuar haciendo agricultura, traer de regreso a IKÚ nuestro organismo agrícola, nuestro cuerpo más grande.